Jardines Botánicos de Nueva York: Naturaleza, cultura y ciencia
A tan solo media hora en tren desde la ciudad de Manhattan se encuentra lo que yo llamaría un edén, un espacio natural que podría compararlo con el bíblico paraíso terrenal. Se trata del Jardín Botánico de Nueva York, una especie de oasis para esta gran metrópoli con 101 hectáreas donde se cultivan más de un millón de plantas, árboles y flores provenientes de climas tropicales, templados y desérticos.
Los jardines de rosas, azaleas, magnolias, peonías y lilas fueron solo algunos de los bellos escenarios que disfruté en mi reciente visita al este mágico lugar, mismo que tiene como misión vincular a la jardinería con las artes y las humanidades; así es, el jardín botánico ofrece de forma continua exposiciones y programas educativos multidisciplinarios que demuestran la importante conexión entre las plantas, las personas, la naturaleza y la cultura, destacando la importancia de los huertos para la salud humana y para la vida cotidiana.
Durante mi visita, tuve la oportunidad de admirar la exposición temporal Impresionismo: Jardines estadounidenses sobre lienzo que captura las acuarelas y pinturas al óleo de los jardines que inspiraron a artistas en el umbral del siglo 20; pero algo que también me impresionó fue enterarme que el Jardín Botánico de Nueva York dirige uno de los mayores programas de investigación y conservación de especies vegetales del mundo y que en él se encuentra el Laboratorio de Investigación de Plantas del prestigiado laboratorio Pfizer.
Así es, desde hace diez años Pfizer y su fundación hicieron la que ha sido la mayor donación en la historia para el jardín botánico; se trata de un moderno laboratorio que desarrolla importantes proyectos relacionados con la biodiversidad global y la preservación del legado botánico de nuestro planeta. La alianza de tan importante laboratorio con el jardín lo coloca a la vanguardia internacional en la investigación de la ciencia botánica. El laboratorio además atrae a los más brillantes científicos y estudiantes que investigan sobre la clasificación botánica de las plantas, su anatomía, su química, la botánica medicinal, la genética de conservación, así como la evolución del genoma de las plantas.
Los resultados que ha dado el laboratorio se reflejan en proyectos que ayudan a los niños a entender mejor la ciencia así como en la generación de publicaciones con información nueva acerca de las plantas para la comunidad científica internacional.
Con razón no me sorprendió saber que cada año este jardín recibe a ¡más de un millón de visitantes! Esta vez tuve la fortuna de ser uno de ellos y aquí comparto con ustedes una selección de mis fotos.
- Yaya -